viernes, 24 de agosto de 2012

Insignificante


Una noche más me hayo bajo la inmensidad del Universo, observando las plateadas motas de polvo que cubren el cielo, y una noche más me hayo sola bajo este inmenso manto oscuro. Observo la luna, observo como me observa, y observo como se burla de mí con una amplia sonrisa. Sabe de mi tristeza, de mi desconsolación, de mi añoranza y ese es el motivo de su carcajada.
Como me gustaría que estuvieras aquí junto a mí, yo abrazada a ti y tú abrazado a mí, ambos compartiendo una sola respiración, latiendo a un mismo compás. Como desearía rozar tus labios, esos que guardan un secreto, esos que aún sin haberlos tenido añoro. Y como me encantaría mirar esos hermosos ojos que brillan cual luceros en la oscuridad y que nunca he podido olvidar.
Como me gustaría que estuvieras aquí para recorrer tu espalda centímetro a centímetro, y contar cada uno de los lunares de tu piel. Como desearía fundirnos en un solo cuerpo y hallar así la perfección del momento, y burlarnos juntos de la luna, sentir que nos mira recelosa. Crear un Universo paralelo que sea solo de dos, sólo tuyo y mío. Un Universo que ridiculice a este cual nos rodea, a esta sociedad materialista y cínica, esta en la que el dinero es el que da la felicidad, a este mundo plagado de injusticia y miseria. Ven, ven pronto, llévame contigo, enséñame eso que llaman felicidad, enséñame eso que llaman amor, susúrrame que este instante nunca va a acabar, que me quieres, que soy imprescindible para ti, que solo existimos tú y yo, abrázame, acúname en tu pecho y arrópame con tus brazos. Hazme sentir por una vez que soy especial, que solo existo yo.

sábado, 17 de marzo de 2012


Camino hacia la puerta, es la entrada a otro mundo. Entro, la música resuena en mis oídos, mi corazón se acelera, mis pupilas se dilatan y mis labios esbozan una sonrisa.


Los cuerpos prietos se mueven, todo a un mismo compás. Bailo, no puedo parar, el ritmo se apodera de mi ser. Noto que me observa. Nuestras miradas se cruzan, bailo para él. Se acerca y me rodea con sus brazos por la espalda, nos movemos juntos, parecemos un solo cuerpo en medio de la pista. Cada vez me abraza más fuerte, como si no quisiera soltarme nunca, y de pronto, nos besamos. Todo lo que había sentido al cruzar el umbral se multiplica por tres, las decenas de personas que hay a nuestro alrededor desaparecen, solo importamos nosotros. “Solo TÚ y YO”, me susurra dulcemente al oído. Y es entonces cuando saboreo el dulce sabor de la libertad.

martes, 28 de febrero de 2012

Resistencia


Me hace sentirme confusa, me trastorna y me descoloca. No quiero volver a lo mismo de  siempre, porque sé cuál es la realidad y debo sujetarme bien a la tierra para no volar tan solo con su presencia, y no, no quiero que vuelva a suceder. Ya fue demasiado difícil desintoxicarme de él la primera vez como para tener una recaída tonta. Aunque se me hace difícil, y en el fondo duele. Duele esta abstinencia. Tenerte ahí y resistir la tentación de un nuevo acercamiento, pero sé que no debo y que es mejor así, sobretodo para mí. Dejar que poco a poco la distancia entre los dos sea cada vez más grande hasta que consiga olvidarte. Será complicado pero lo intentaré y espero conseguirlo.

lunes, 30 de enero de 2012

¿Y si desapareciera?...


Un día podría irme, fugazmente, silenciosa, en calma. Todo seguiría su curso. Ninguna vida se detendría a ver a pasar la mía. Miraría, nada estaría quieto. Continuaría… Vidas ajenas. Vidas paralelas. ¿Vidas desdichadas, tristes y melancólicas? No. Yo al final de la senda. Ellos a mitad del túnel. Yo inservible, sin misión. Ellos triunfantes, poderosos. Yo nada. Ellos todo. Yo leve niebla y ellos los rayos de sol que se superponen. Todo es frío, oscuro, triste, sin color. Inexpresable al mundo, el mundo no me escucha. Odiando cada parte de mi ser, odiando todo lo que sale de él. Dulce colibrí de colorido amor con las alas rasgadas, desquebrajadas, destrozadas en mil pedazos. Amando lo que me rodea sin nada a cambio. Inevitable desolación. Inevitable desprecio. Abandonar el suelo, mi deseo. Desaparecer sin nunca haber aparecido. Sin belleza aparente, destruida por dentro. Apreciada por pocos, asqueada por muchos. Juguete roto, destrozado, inservible, con el que pocos o ninguno a jugado. Sonrisa de plástico para un corazón de frágil cristal. Demasiado sufrido para tan poco vivido.